Diáspora
Es así como suelen referirse algunos sociólogos y letrados a la emigración de salvadoreños que hoy radican en el extranjero y que por diversas razones abandonaron el país y dejaron mutilado el núcleo familiar como consecuencia de una catástrofe natural, salvaguardar la vida huyendo de una lucha fraticida o salvar la vida buscando asilo político, buscar nuevos horizontes y bienestar para el sostenimiento de la familia ante la carencia de recursos e iniciativas de gobierno o simplemente satisfacer el deseo de emprender una aventura.
Nuestros políticos nos llaman Hermanos Lejanos sin derecho a voto en el exterior. Nuestros compatriotas y familia nos llaman remesas familiares.
Otras etnias y con quienes convivimos en el extranjero nos llaman mareros o delincuentes por ilegales.
Serian unos cuantos mas de los calificativos que Roque Dalton pudiera incluir en su poema.
Como todo ser vivo y por instinto de supervivencia nos adaptamos al nuevo medio que nos alberga y recibe. Asimilando de este lo bueno y lo malo y en alguno casos hasta mendigos con garrote somos cuando imponemos nuestras propias reglas en casa ajena.
Esas que venían en nuestro equipaje y que no pudimos dejar atrás. El compadrazgo, la evasión tributaria, la costumbre del cuello blanco, el derecho de piso, ideologías y partidos políticos, etc.
Los sueños del emigrante y la búsqueda de mejorar su condición de vida son el aliciente para alcanzar la superación a base de trabajo, sacrificio, estudio y preparación.
Pero muchos fácilmente olvidamos nuestra procedencia, hogares humildes, valores y principios inculcados por nuestros padres.
En estas tierras prevalece la ley del más vivo y de quien se aprovecha mas la ignorancia del individuo para su explotación, no importa que sea hermano.
Esta simple frase que nos exclusiva de los salvadoreños, ya que Historia recaba en sus anales, su uso para señalar otros procesos migratorios de pueblos y comunidades como fue el del pueblo judío en la época del holocausto y su dispersión por el mundo. También incorpora otros tópicos:
Un elemento en común en la comunidad no es el nacionalismo como se nos hace creer, ya que aquí cada quien lucha por sus propios intereses, se ponen al frente de la cámara y se rasga las embestiduras, siempre y cuando haya algo del pastel para si o genere un buen compadre, si es político mucho mejor.
Este elemento en común es la nostalgia por todo aquello que dejamos atrás y todo buen deseo de ver alcanzada la paz en nuestro país, su desarrollo y superación.
La nostalgia a todo nivel es el opio con que se adormece y manipula a los salvadoreños en el extranjero. Factor común y preponderante de la ecuación económica, usando como medio el desconocimiento (ignorancia) del individuo.
Si no analicemos algunos resultados de la ecuación a través de los hechos.
Es el principio que rige las remesas familiares.
La base para la estrategia de un tratado de libre comercio.
Un potencial nicho de mercado para el comerciante.
Un medio para mantener viva raíces ideologías y/o partidistas que no tienen razón de ser por que ya no vivimos en esta realidad, ni derecho a voto tenemos.
Un argumento de campaña política que motive el nacionalismo o justifique el gasto publico para atenciones de los hermanos lejanos.
Una fuente generadora de recursos proselitista y en una época para subsidios ideológicos.
Un vehiculo de supervivencia para los oportunistas.
Y muy recientemente un potencial mercado para la venta de inmuebles con el eslogan para que tu familia viva mejor.
Los anteriores son los casos típicos donde la Diáspora es vista con el estigma del signo de dólar en la frente y una fuente ilimitada de recursos que explotar.
El arte de la diáspora salvadoreña no se exime de la regla ya que muchos de los trabajos realizados por nuestros artistas y no importando el género, nace de la nostalgia por aquello que dejamos atrás, superar la soledad, nuestro deseo de mantener vivas las raíces y/o divulgar nuestra cultura a fin de no perder los valores y tradiciones que nos fueron inculcados como medida para contrarrestar la desintegración familiar y problemas sociales derivados de irresponsabilidad de parte de las nuevas generaciones al abandonar los estudios, insertarse en las gangas, optar por la delincuencia y el libertinaje.
Las excepciones siempre existirán, surgiendo manifestaciones que para algunos de nuestros críticos el resultado sea una expresión artística vulgar, grotesca o soez.
Pero igual, es el producto de la nostalgia por aquello que se nos fue quitado, arrebatado, coaccionados por las precarias condiciones de vida derivada de la incapacidad de nuestros líderes, obligados al cambio y sometimiento de nuevas reglas.
El estar inmersos en una sociedad cosmopolita, vanguardista y multicultural nos genera una ventaja que muchos quisieran tener.
La interacción en ella, nos permite diversificar, fusionar, innovar o experimentar nuevas formas de expresiones artísticas, lo que para muchos pudiera ser un arte seudo, burdo o panfletario por salirse de las reglas de las escuelas tradicionales, pero al fin y al cabo es la expresión de un sentimiento, la belleza interior del individuo, una perspectiva diferente de ver las cosas o la realidad, una fuga al resentimiento o plasmar la utopía de forjar un mundo mejor con conciencia social que deje salir el ser humano que todos llevamos dentro, el cual no aflora por egoísmo, intereses mezquinos, estrategias ideológicas o simplemente ignorancia.
Consientes del rol que nos atañe en la coyuntura actual, la cual no solo nos demanda contribuir al enriquecimiento del acervo cultural de nuestra nación y dar inicio a lo que puede ser un proceso de intercambio cultural para el bienestar colectivo entre ambas regiones. Creemos que se hace necesario dar a conocer el sentimiento del artista salvadoreño que radica en el extranjero para que a través de su arte se pueda apreciar la fusión de la nostalgia y diversidad del medio de la cual emana una forma de expresión inédita de la Diáspora, esperando con ello generar una retroalimentación que permita la expansión de nuestra cultura a través del arte e incentive la creatividad del individuo.
A trabajar en función social dando a conocer y proyectar modelos que puedan ser imitados por las nuevas generaciones a través de un arte con conciencia social que permita hacer una crítica constructiva y/o lleve a la reflexión, así como contribuir a la educación y erradicación de la ignorancia.
Quedando a espera:
Que surjan iniciativas donde el emigrante no se desplace y se le otorgue el derecho a votar en el extranjero.
A que se nos eduque y ayude para que sacar el mejor provecho de las oportunidades que nuestro nuevo hogar nos ofrece y nos permita consolidar una base económica para beneficio propio y el de aquellos que dejamos atrás.
A que cese la búsqueda de formulas que pretendan cambiar el destino de las remesas familiares con el pretexto del desarrollo colectivo ya que solo de favorece a pocos sectores.
Igual como se adoptan modelos económicos de otros países bien podrían adoptar algunos programas sociales que ayuden al desarrollo de la educación, las artes y la cultura, como la de obligar por ley que parte de las utilidades generadas por las instituciones financieras se destinen para el desarrollo de las comunidades donde operan y/o tienen sucursales, retornando así parte de los que de ellas reciben.
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